Respetar los espacios comunes, una regla para vivir en comunidad
Los vecinos, como parte de nuestro entorno, juegan un papel muy importante dentro del concepto de vivienda saludable, por lo que se recomienda mantener unas buenas relaciones enmarcadas en el respeto y el apoyo mutuo.
“Yo creo que lo que más nos cuesta a los seres humanos, no solo en nuestra vida en comunidad sino en nuestra vida cotidiana, es aceptar las diferencias de los otros”, expresa María Cristina Villamizar, profesional de la línea de Vivienda Saludable del proceso En Familia, al hablar sobre una de las dificultades que se presenta con mayor frecuencia entre los vecinos.
Y es que la vida en comunidad, dentro del tema de vivienda saludable, tiene mucha importancia. De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud, el concepto de vivienda incluye tres aspectos. Uno de ellos es la casa como tal, es decir, la estructura física, la cual debe estar libre de riesgos y debe representar abrigo y seguridad para la familia. El otro aspecto es el hogar, conformado por las personas y las relaciones que se dan entre ellas. Y el tercero es el entorno, o sea, la vida en comunidad, lo que nos rodea, lo cercano.
“Podemos tener la casa más bonita, un palacio, pero esta no será una vivienda saludable si está rodeada de factores de riesgo, de delincuencia, de mosquitos, de basuras o de cualquier otra situación que nos incomode en el entorno”, señala la profesional, quien agrega que la vecindad se define como el conjunto de personas que comparten espacios y tiempos, para lo cual es necesario establecer unas relaciones enmarcadas en ambientes de armonía, respeto y apoyo mutuo.
Sana convivencia
Como señala la profesional, una de las dificultades que se presenta con mayor frecuencia entre los vecinos es el hecho de no aceptar las diferencias y los espacios de los otros, lo que se refleja en la invasión de los espacios, sea a través del ruido o de las zonas comunes.
“Parece ser que a veces se nos olvida que a lo largo de nuestra vida convivimos con nuestros vecinos. Encuentros en la escalera, en los estacionamientos, el ascensor, o en cualquier otra dependencia comunitaria. Por ello siempre debemos tener un trato educado con todos, para facilitar la convivencia y, por ende, una mejor salud mental al evitar rabias o estrés innecesario”.
Otro aspecto que dificulta las relaciones son ciertos hábitos de irrespeto, a veces característicos en nuestra sociedad, donde se acostumbra a gritar y a resolver los problemas de manera agresiva. Sin embargo, el caso contrario, de callar y “aguantarse” el problema, también puede acrecentar los inconvenientes.
Cuando se vive en comunidad hay que respetar las normas y cumplir ciertas obligaciones para que todo funcione correctamente. Si no estamos de acuerdo con alguna norma, podremos decirlo en las reuniones, pero no "hacernos la guerra" por nuestra cuenta. Debemos sacar la basura, limpiar la parte de escalera que nos corresponde con la regularidad acordada, cerrar la puerta de acceso a estacionamientos y la puerta de entrada principal, etc. “Lo importante es empoderarnos más de nuestros derechos, sin vulnerar los de los demás. No siempre el vecino que está al lado piensa igual, ni actúa como yo quisiera. Entonces es encontrar la manera de dialogar sobre la dificultad que tenemos y concertar de manera pacífica las dificultades”, concluye Villamizar.